El futuro de la identidad digital europea   

Tras la rápida digitalización de la sociedad en la última década, el uso de los datos compartidos dentro del amplio concepto Big Data es una de las preocupaciones de la recién nacida sociedad digital. Habida cuenta de los grandes costes económicos que han supuesto los hackeos sufridos por instituciones y empresas en los últimos años, urge un marco normativo que proteja el intercambio de datos con el máximo control posible por parte del usuario. 

 

Antecedentes 

En 2014 la Unión Europea aprobó el Reglamento eIDAS 910/2014, del 23 de julio, donde se establecen las normas a seguir en la identificación electrónica del ciudadano, así como en transacciones electrónicas dentro del mercado interior de la UE. En España se aplicó a través de la Ley 6/2020 del 11 de noviembre.  

De este modo, algunos aspectos de los servicios electrónicos de confianza quedaron regulados en una normativa que ha acabado siendo un referente mundial. Entre otros, destacan la confianza en la identificación digital, las entregas, los sellos y entregas certificadas, y la firma electrónica de documentos. 

 

Problema versus solución: la wallet europea 

Sin embargo, esta visionaria normativa presenta un problema: no ha podido avanzar en los sistemas de identificación transfronterizos. A día de hoy, hay acciones que sólo podemos realizar en nuestro país, determinadas por el reconocimiento de nuestra identidad que nos otorga nuestro estado origen.  

Para subsanar el problema, la UE ha propuesto crear un monedero europeo de identidad digital (European Digital Identity Wallet) válido para los servicios públicos y privados en todos los países miembros. La idea fue lanzada en junio de 2022 y es conocida como eIDAS 2.0. 

La propuesta se encuentra en fase de discusión parlamentaria, y su puesta en marcha supondrá un cambio de paradigma en la identificación digital de los ciudadanos y de las empresas europeas.  

La futura Wallet europea permitirá gestionar trámites de forma rápida y sencilla, como identificarnos online y offline en cualquier estado de la UE. Con ello, podremos confirmar el derecho a residir, trabajar o estudiar en otro país socio comunitario, así como acceder a los servicios públicos para gestionar diversos trámites, como solicitar certificados de nacimiento, presentar declaraciones de impuestos, o solicitar plazas universitarias. En el ámbito privado, podremos llevar a cabo transacciones diarias como alquilar un automóvil, comprar billetes de avión, solicitar un préstamo o simplemente demostrar que somos mayores de edad. 

 

Aspectos claves 

La revolucionaria propuesta eIDAS 2 tiene como objetivo cubrir las necesidades de identificación del 80% de la población europea en 2030. Para ello, hay cuatro aspectos a tener en cuenta que favorecerán su implantación con éxito: 

1. Ciberseguridad y privacidad. La adopción de la wallet europea dependerá de cómo el ciudadano percibe la seguridad de la aplicación. Aspectos como el diseño y alternativas respetuosas con la privacidad en el uso, como el identificador “único por servicio”, serán claves. 

 

2. Monopolio o competencia de proveedores de la wallet. La Comisión debe decidir si operará a través de una única aplicación refrendada por cada estado o dejará al ciudadano elegir entre varias opciones. Sin duda, ésta última favorecería la innovación y daría más opciones al usuario. 

3. Gobernanza. Ante el incremento del uso de la identidad digital y sus servicios, deberá crearse un Comité Europeo de Identidad Digital que vele por la correcta implantación del marco legal. 

4. Amplitud del marco de identidad digital. El eIDAS 2.0 deberá contemplar un marco más amplio para incorporar el uso del internet de las cosas, con la futura creación de una “identidad de las cosas”.