La Unión Europea ha dado un paso crucial al establecer un acuerdo sobre el Acta de Inteligencia Artificial que garantiza el desarrollo de la IA de forma segura. Su objetivo es proteger los derechos fundamentales, la democracia, el Estado de derecho y la sostenibilidad medioambiental frente a la IA, impulsando al mismo tiempo la innovación y construyendo una Europa líder en el sector.
El Reglamento fija una serie de obligaciones para la IA en función de sus riesgos potenciales (riesgo inaceptable, alto, limitado y bajo) y su nivel de impacto. A través de esta ley, se prohíben aplicaciones de inteligencia artificial que infrinjan los derechos ciudadanos, como la categorización biométrica, la recopilación indiscriminada de imágenes faciales y el reconocimiento de emociones en entornos laborales y educativos. Se prohíbe el uso de sistemas de identificación biométrica en tiempo real por parte de las fuerzas de seguridad, a menos que exista autorización previa. Los sistemas de IA de alto riesgo deben evaluar y reducir los riesgos, establecer requisitos de transparencia y contar con supervisión humana. Por último, se proporcionarán espacios de prueba y desarrollo a las pymes y empresas emergentes para que puedan desarrollar y entrenar la IA. Para asegurar el cumplimiento de estas regulaciones, se han establecido sanciones significativas para las empresas que no cumplan con las normas, lo que demuestra el compromiso con la protección de los derechos y la seguridad de los ciudadanos.
La verificación de identidad biométrica considerada de riesgo bajo
En aquellos sistemas categorizados como de bajo riesgo, destaca la importancia de permitir a los ciudadanos decidir de forma libre, voluntaria e inequívoca acerca del uso de estas tecnologías, por lo que la verificación a través de biometría ha sido calificada como un riesgo bajo. El Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD), en sus Directrices CEPD 5/2020 sobre el consentimiento, indica que los usuarios pueden dar su libre consentimiento cuando se les ha informado de los riesgos y los beneficios del tratamiento y el hecho de que otorguen o no dicho consentimiento no tenga consecuencias adversas. El Reglamento de Inteligencia Artificial resalta la participación activa de los interesados en todas las etapas del proceso, asegurando que se respete su privacidad y se proteja su información mediante técnicas avanzadas de cifrado. De este modo, esta forma de verificar la identidad se posiciona como una opción segura, eficiente y de bajo riesgo en el ámbito de la IA.
Implantación del Reglamento de la IA
La implantación será gradual y se hará definitiva en 2026. Se designarán autoridades nacionales competentes para supervisar la aplicación de las normas, así como la creación de otros instrumentos europeos para regular la inteligencia artificial de forma efectiva. El consentimiento y la identidad digital se establecen como elementos fundamentales en un mundo impulsado por la inteligencia artificial, donde la transparencia y el control son clave para generar confianza y seguridad en las interacciones digitales. Para ello, se subraya la necesidad de regular la inteligencia artificial en sus etapas iniciales de desarrollo.
El Reglamento de IA de la UE representa un paso fundamental hacia un futuro en el que la tecnología avanza rápidamente en armonía con nuestros valores, encontrando el equilibrio entre la innovación y la regulación para garantizar un uso ético y seguro de la inteligencia artificial.
Facephi y su compromiso con la Regulación de la IA
Con el mismo objetivo, en Facephi buscamos que el usuario esté plenamente informado y tenga capacidad de decidir si desea hacer uso o no de esta tecnología. Todas nuestras soluciones se crean bajo el principio de biometría ética, por lo que se diseñan solo para una verificación de identidad consentida. Buscamos garantizar su seguridad; con pleno respeto al derecho a la privacidad, así como a la legislación vigente en cada país en materia de protección de datos. Para nosotros, esta privacidad de los datos y la voluntariedad del usuario es totalmente innegociable.
Las tecnologías de verificación de identidad deben garantizar el cumplimiento de las principales normas que regulan el sector, con el objetivo de que toda la información obtenida a partir del consentimiento del usuario se utilice para proteger lo más valioso: su identidad digital.