En FacePhi definimos nuestra tecnología como “biometría ética”, es decir, tecnología biométrica que se preocupa por el uso que se le da. Y es por eso que solo realizamos verificación e identificación con el consentimiento del usuario. Sabemos que el cliente tiene el derecho a conocer que sus datos están siendo tratados y queremos que sepa cómo.
La verificación de la identidad implica comparar dos datos, dos caras, dos huellas, dos voces, que pueden pertenecer a un mismo individuo. Por ejemplo, su cara, contra la cara que aparece en el DNI, o su voz contra una grabación previa, de esta forma podremos comprobar su identidad. Corroboramos que es quien dice ser.
Por otro lado, la identificación es comparar la información de un individuo contra la de muchos otros, y las listas suelen ser muy grandes. En este caso estamos identificándole frente a otros. Y es aquí donde se encuentra la disyuntiva, ¿con consentimiento o sin consentimiento?
Como ya adelantábamos antes, en FacePhi todos los procesos que se realizan con los datos del usuario serán siempre consentidos, o no serán. Pero la identificación sin consentimiento es una realidad, tomemos como ejemplo la video vigilancia, que se sirve de la tecnología biométrica para identificar sin que el individuo en cuestión tenga noción de lo está sucediendo. En FacePhi nunca realizaremos verificaciones de la identidad de manera masiva .
En abril de 2021, se redactó el proyecto de Reglamento de la UE sobre Inteligencia Artificial para garantizar que los sistemas de IA sean seguros y acordes con los derechos fundamentales y los valores de la Unión. Una medida muy necesaria, y a la altura de los avances tecnológicos del momento.
Con el mismo objetivo, en FacePhi buscamos que el usuario esté plenamente informado para que pueda decidir si quiere o no hacer uso de esta tecnología biométrica. En nuestro caso, todos nuestros desarrollos son creados bajo el principio de ‘biometría ética’, lo que implica que se diseñan exclusivamente para una verificación de identidad consentida. Buscamos garantizar su seguridad; con pleno respeto al derecho a la privacidad, así como a la legislación vigente en cada país en materia de protección de datos. Para nosotros, esta privacidad de los datos y la voluntariedad del usuario es totalmente innegociable.
La biometría debe garantizar el cumplimiento de las principales normas que regulan el sector, con el objetivo de que toda la información obtenida a partir del consentimiento del usuario se utilice para proteger lo más valioso: su identidad digital.