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Navidad, fraude y lavado de dinero
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Navidad, fraude y lavado de dinero: cuando Santa trae mulas financieras de regalo 

Diciembre es el mes de la familia, los amigos y… las cuentas mula. Mientras millones de consumidores realizan pagos y transacciones legítimas, los delincuentes aprovechan el volumen, la urgencia y la sobrecarga operativa para ejecutar esquemas que pasan desapercibidos. Se podría decir que es época más maravillosa del año para el crimen organizado. 

Diciembre: el pico anual del fraude.  

El miedo al fraude es real. El 64% de consumidores en Estados Unidos temen ser víctimas de fraude en línea durante esta temporada navideña. No es casualidad: el incremento masivo de transacciones, combinado con equipos reducidos por vacaciones y sistemas saturados, crea el escenario perfecto. Es “buscar una aguja en un pajar” mientras siguen cayendo más agujas. 

Las redes de mulas de dinero intensifican su actividad, aprovechando ofertas de empleo temporales para reclutar personas vulnerables. Y métodos aparentemente inofensivos, como tarjetas regalo, siguen siendo una vía clave para mover fondos ilícitos por su anonimato y facilidad de intercambio. 

Alertas de fraude que se camuflan en diciembre 

Los sistemas modernos de detección dependen de señales de comportamiento: 

  • Transacciones inusuales sin propósito comercial claro 
  • Clientes que insisten en tratar con una única persona 
  • Gestores con control excesivo sobre un proceso 
  • Cambios bruscos en patrones transaccionales 

Durante la temporada navideña, estas señales pueden diluirse entre la actividad legítima, aumentando el riesgo de que pasen inadvertidas. No son pruebas concluyentes, pero sí indicadores de riesgo que deben analizarse en profundidad son el resto de los elementos contextuales que los acompañan, especialmente en esta época del año. 

Navidad 2.0: fraude impulsado por IA 

El fraude navideño en 2025 está marcado por un uso mucho más sofisticado de la inteligencia artificial. Santander UK advierte sobre una ola de anuncios fraudulentos generados por IA tan convincentes que el 56% de los adultos teme que ellos o sus familiares caigan en la trampa. A esto se suma la proliferación de deepfakes capaces de suplantar a celebridades para promocionar ofertas falsas y redirigir a los usuarios a webs fraudulentas.  

En esencia, los delincuentes aprovechan la misma tecnología accesible para cualquier usuario —la que usamos para editar fotos o generar vídeos— pero con una finalidad criminal y una rentabilidad alarmante: 485.600 millones de dólares en pérdidas globales por fraude en 2023.  

Además, los ciberataques aumentaron un 47% entre el primer trimestre de 2024 y el de 2025, desplegándose en muchos casos días antes de los grandes eventos de compras para aprovechar el aumento del tráfico y sorprender a comercios y usuarios desprevenidos. 

AML en modo supervivencia: cómo responder 

Para minimizar el riesgo durante esta temporada crítica, las instituciones financieras deben reforzar sus capacidades de detección utilizando: 

  • Análisis de velocidad: identificar movimientos anómalos en cuestión de segundos 
  • Geolocalización: correlacionar origen y destino de transacciones 
  • Detección de vida: asegurar que quien inicia la operación es el usuario legítimo 
  • Modelos de riesgo de cuentas mula basados en comportamiento y patrones transaccionales 

En este contexto las soluciones tecnológicas antifraude son grandes aliadas. La biometría de comportamiento analiza más de 3.000 señales, desde la forma de escribir hasta cómo se sostiene un dispositivo, para detectar anomalías casi imperceptibles para los sistemas tradicionales. Y la detección de cuentas mula crea un scoring de riesgo que clasifica las cuenta y frena el fraude antes de que se ejecute. 

Estas soluciones identifican desviaciones sutiles en el comportamiento del usuario que los sistemas tradicionales pasan por alto, deteniendo intentos de fraude como toma de control de cuentas (ATO) o fraude en cuentas nuevas (NAF) antes de que ocurra el daño. 

Compliance: el factor que marca la diferencia 

La tecnología es crucial, pero una prevención efectiva requiere además una cultura de responsabilidad ética, controles internos sólidos y regulaciones adaptadas al contexto actual del auge del fraude.  

Regulaciones como AFASA en Filipinas están marcando un precedente: exige a los bancos congelar fondos sospechosos o reembolsar a las víctimas. La negligencia en AML cuesta varios millones de dólares por infracción a los bancos. 

Los picos de fraude que trae diciembre no son una anomalía estacional; son un recordatorio de lo mucho que queda por fortalecer en los sistemas de prevención. Mientras las luces, las compras y el espíritu navideño distraen a millones de personas, los estafadores encuentran el mejor escenario. Por eso, las empresas no pueden limitarse a reaccionar: necesitan anticiparse.